Un día te topas con un viaje increíble al lugar que siempre soñaste ir, con un itinerario armado de 12 días de duración, en el que te prometen visitar los lugares más icónicos y tener los mejores guías y experiencias, además viajas junto con un grupo de 20 (o más) personas que te acompañarán en todo el viaje. Te tienta la oportunidad, el precio te parece “bueno” y la agencia que te ofrece el viaje te arma todo (trámites, itinerarios, reservas, entradas), así ya prácticamente no tendrías que armar nada. ¿Te suena esta historia?
Pues sí, me refiero a los famosísimos tours. Tan amados por muchos y tan odiados por otros, yo me incluyo en el segundo grupo, lo he dicho muchas veces: ¡ODIO LOS TOURS!No me gustan, ellos y yo no congeniamos, no nos llevamos, y ahora te voy a contar por qué.
Antes de comenzar, quiero decir que todo lo que escribo está basado completamente en mi opinión, no busco obligar a nadie a pensar o a actuar como yo lo hago. Estoy completamente consciente que por algo existen los tours, y tampoco estoy diciendo que todos sean malos, una pésima idea o que nunca en la vida debas tomarlos. Los hay muy buenos, estoy segura, y para muchas personas pueden significar una excelente opción para poder viajar debido a sus tiempos, facilidades, interacción, o preferencias en general.
Comprendo que son una opción tan demandada debido a su simplicidad. Poder tener a alguien que me arme todo el viaje, y que literal yo no me tenga que preocupar de nada, más que de disfrutar, debe ser y es una idea muy tentadora para muchos viajeros; podrás darte cuenta en el auge que han tenido muchas agencias de viajes que operan en su mayoría de forma virtual.
Mi odio por los tours realmente radica en su condicionamiento de tiempos. ¿A qué me refiero con esto? Específicamente a que terceros deciden todas tus actividades, todos tus movimientos, prácticamente toman el pleno control de todo tu tiempo. Cuando vas en un tour, todo ya está previamente planeado: cuántos días pasar en cada lugar, dónde dormir, qué medio de transporte usar, cada itinerario y cada horario, y es prácticamente imposible que puedas salirte de éste.
¿Te ha pasado que vas en algún tour que te promete las "perlas de la virgen", como decimos en mi país (es decir, maravillas), y al final del viaje nunca te cumple? Esto pasa más veces de las que crees, te dicen que te van a llevar a "equis" lugar, que ellos son los únicos que van, que traen los mejores guías, y más maravillas, y muchas veces no son ciertas varias de esas cosas. Y aunque no son todos, una gran parte así opera.
Conozco a muchos a los que les encanta este sistema al viajar, porque no tienen que organizar nada, y les parece bien todo el itinerario planeado con agenda y reloj en mano. Pero a mí eso no me gusta, amo disponer de todo mi tiempo como yo desee, poder caminar, ir y venir, sin que nadie me diga que ya es hora de irnos.
Creo que en parte mi actitud “anti tours” va de la mano e íntimamente influenciada con mi amor por viajar sola. Las personas que viajamos solas no lo hacemos porque estemos solos en este mundo, simplemente amamos pasar tiempo con nosotros mismos y poder disponer de nuestra libertad y de nuestro tiempo como mejor convenga a nuestras preferencias y necesidades.
Nadie nos dice que es lo que tenemos que hacer, o a dónde tenemos que ir. Si un día queremos quedarnos todo el día leyendo en un parque, no va a haber nadie que nos diga que ya está harto o cansado o que no le gusta el plan. Y pienso que por esa razón, a muchos de los viajeros solitarios no nos gustan los tours.
Una vez que te atreves a caminar sin un mapa fijo, ver por tus propios ojos cada detalle y sin prisas, es cuando te das cuenta de la maravilla que es poder administrar tu propio tiempo como tú desees, y ya no quieres abandonarlo por nada. Nuestra libertad es de las cosas más valiosas que tenemos.
Cuando vas en un tour (aunque sea a algún destino cercano y de un día de duración) dependes completamente de las personas que organizan el viaje. Generalmente vas a viajar con un grupo grande de otros viajeros, y en cada lugar que llegues te van a decir cuánto tiempo tienes para quedarte y a qué hora parte el regreso (es decir a qué hora en específico tienes que estar de vuelta porque si no te dejan), y muchas veces te gustaría quedarte más tiempo en algún lugar, pero no puedes.
He sido partícipe de varios tours en mi vida (varios cuando era mucho más pequeña y viajaba junto a mi familia de esa manera, y otras porque era la única manera de ir a algún lugar), y la realidad es que nunca he salido completamente satisfecha o feliz de alguno. Hay obviamente unos mejores que otros, algunos mejor planeados y organizados, pero si te soy honesta, ninguno ha llenado completamente mis expectativas.
Y es por esa razón, que no me gustan y cada vez que viajo, trato de evitarlos cada vez que puedo. Y digo que trato, porque como lo comentaba arriba, hay veces en las que tenemos que sucumbir a alguno porque las agencias tienen todo el mercado dominado y en sus manos, y la única manera de ir a cierto lugar es a través de ellas.
Así que, cuando puedo y cuando la situación me lo permite, decido evitar los tours y yo misma adentrarme en la aventura de organizar todo. Decido ponerme a investigar de qué forma ir al lugar que quiero ir, ver que opciones de alojamiento hay, que actividades, etc. Y algo que me fascina de poder hacerlo, es poder tener la maravillosa capacidad de improvisación, que creo a muchos aterroriza.
Ser capaz de poder ir armando tus días y tu tiempo según como te sientas o tus preferencias es increíble. Si un lugar te gusta mucho, te quedas más tiempo, y si alguno no fue lo que esperabas, simplemente te vas. No tener un plan completamente fijo, te brinda la oportunidad de ir improvisando cada día, poder irte moviéndote sin que nadie te ate a una agenda en específico es algo que en lo personal, me encanta.
Sé que a muchas personas no les agrada esta forma de viajar, porque les aterra el no saber que sigue en su viaje, creo que muchas de esas personas tienen que sentir la seguridad de tener un itinerario perfectamente armado para poder estar tranquilos de que nada malo va a pasar. Desde antes de que comience el viaje, viajan con absolutamente (o casi) todo planeado, saben cuántos días estarán en cada lugar, dónde van a dormir, qué actividades van a realizar, etc. y no se mueven de ese plan.
Para nada esto es una crítica, comprendo perfectamente que para muchos, esa forma de viaje sea la que les agrade más y con la mejor que acomoden. También entiendo que para otros sea su única manera de viajar, porque viajan con los días contados y tienen que tener un itinerario perfectamente planeado con anticipación para poder hacer lo más fructíferos posible esos días.
Sin embargo, he conocido a otros viajeros que quizás tienen más días o tiempo, y les sigue aterrando la idea de armar todo por ellos mismos, y prefieren contratar a una agencia de viajes que les arme un tour. Creo que esto es porque muchas veces son movidos por el miedo de quizás toparse con alguna situación adversa, o muy complicada y prefieren no ahondar demasiado en la organización de su viaje y dejarlo en manos de terceros.
La verdad es que creo que cada persona decide cuál es la forma en la que quiere viajar, y eso no tiene nada de malo; solo porque viajes diferente no significa que no seas un viajero u que te guste conocer distintos lugares. Sin embargo, creo que se le puede brindar una oportunidad al poder dejar de lado los tours, y atrevernos a viajar por nuestra cuenta.
A ti que me lees, te invito a que pruebes, a que improvises un poco y no viajes con un itinerario tan fijo, que si es posible te des les oportunidad de verdaderamente disfrutar un lugar a tu tiempo, a tu paso y observando los detalles, que hacen que el viajar cobre sentido.
A mí me gusta viajar de esa manera porque soy dueña de mí, de mis decisiones y de mis tiempos, y eso es algo que no cambiaría por nada. Así que, te invito a poder probar alguna vez no tomar un tour y decidir irte por la libre, dejarte caer y disfrutar de la aventura, que de eso se trata.
Muchas gracias por leer, viajeros. Espero que te haya gustado el post.
Cuéntame, ¿a ti te gustan los tours?