"Que los elefantes sean tan inteligentes y los hombres tan bestias, debe ser debido a una cuestión de educación.”-Alexandre Dumas
Recuerdo que cuando era muy pequeña, alguna vez mis papás me llevaron a mí y a mi hermano a un circo, en el que las personas hacían muchos trucos y en el que también había muchos animales como leones, caballos y por supuesto elefantes. Era un espectáculo muy demandado por los padres de niños, ya que supuestamente era un lugar de entretenimiento.
Obviamente, cuando fui creciendo me cuestionaba que tan felices podían ser unos animales que estaban encerrados todo el tiempo en jaulas y que todos los días tenían que salir a hacer malabares para entretener a los espectadores con sus trucos. Las respuestas llegaron pronto, acompañadas de una profunda reflexión acerca del por qué la gente seguía asistiendo a un lugar en el que solamente se lastimaba a los animales.
El elefante es un símbolo nacional de Tailandia, e históricamente ha jugado un papel muy importante para el país, es una parte vital de su cultura y es venerado hace más de 5,000 años. Desgraciadamente, actualmente el elefante asiático está en peligro de extinción, hoy en día la población apenas llega a unos 2,000 en estado salvaje y unos 3,000 en cautiverio.
Una de las actividades más demandadas en Tailandia (principalmente en el norte) es poder asistir a un santuario/campamento de elefantes. Ahí, supuestamente, uno puede ir para ver elefantes que han sido rescatados de situaciones horribles como maltratos o explotación, y ahí son cuidados por personas que buscan que estén en un hábitat natural y sobre todo, en el que puedan ser felices.
La gran mayoría han ido desapareciendo gracias a su caza fortuita, para poder quitarles los colmillos de marfil o para domesticarlos para utilizarlos en espectáculos o exhibiciones como entretenimiento para los turistas. ¿Has visto elefantes que pintan cuadros o que hacen shows?, ¿O aquellos que hacen un trekking de horas con gente montada en la silla que cargan en sus lomos? A eso me refiero, y desgraciadamente es algo que se ve mucho en Tailandia.
Supuestamente, para evitar eso, existen precisamente los santuarios de elefantes en Tailandia, en el que cuidan de ellos; o así debería de ser en todos. Un verdadero santuario, debe rescatar a aquellos elefantes que han sido maltratados o que están encerrados, para poder llevarlos a un lugar en el que estén su hábitat natural y en el que tengan los cuidados adecuados para una especie así.
Pero no en todos es así. Hay muchísimos lugares en los que los elefantes supuestamente son rescatados, pero que solamente son utilizados para shows de entretenimiento, son encadenados y no los alimentan, muchas crías en Tailandia son cazadas para ser vendidas y solamente son torturadas, y en muchos lugares los elefantes soportan muchas horas al día caminando bajo un sol tremendo, con una silla en su lomo y transportando a turistas sin descanso alguno.
La cruel realidad en Ayutthaya.
Los elefantes son animales muy inteligentes y dóciles (aunque muchos piensen que son agresivos), y aunque hace miles de años, sirvieron en muchas guerras para Tailandia cargando árboles o cosas muy pesadas, la realidad es que el lomo de un elefante no está diseñado para cargar mucho peso. Su columna solamente puede soportar cierto peso, y cualquier carga mayor a 150kgs les significa un daño enorme a su columna.
La forma arqueada de la espalada de un elefante, hace que sus discos intervertebrales sean muy delicados. Yo no sabía eso en un principio, pero imagínate cuánto daño les puede hacer entonces cargar por horas, una pesada silla sobre su lomo, en la que suben mínimo dos turistas; les causan muchas heridas en la piel y en la propia columna.
En Tailandia, existe un método tradicional de “domesticación” de elefantes llamado Phajaan que literalmente significa “romper el alma”. Ha sido una costumbre que desde hace muchos se ha practicado, y consiste en separar a las crías de sus madres casi cuando acaban de nacer, para luego ponerlas en aislamiento y torturarlas brutalmente para que supuestamente sean cien por ciento sumisos al hombre.
Muchos elefantes aun son encadenados hoy en día
Los elefantes tienen a un cuidador o coloquialmente conocido como mahout, y es el encargado de cuidar de ellos toda su vida, desde que son pequeños. No podemos generalizar, pero hay muchos de ellos que en estos falsos santuarios, solamente se encargan de torturar a los elefantes para ponerlos a trabajar, y los golpean con un palo con ganchos metálicos en el extremo, llamado ankus permite su total control de ellos.
Cuando yo sabía que iría a Chiang Mai (una de las ciudades más importantes del norte de Tailandia y epicentro de los santuarios de elefantes), quería vivir esa experiencia. Antes de irme, me puse a investigar acerca de estos campamentos de elefantes en varias guías y blogs y precisamente uno de los comentarios más recurrentes era que tuviéramos cuidado de a qué lugar iríamos, porque en la mayoría solamente lastimaban a las elefantes.
Una amiga mía que había tenido la oportunidad de ir por allá, platicaba maravillas y yo al ver sus fotos, moría por experimentar semejante actividad y decidí que quería vivirlo pero que no quería ir a un lugar en el que lastimaban a los elefantes. La realidad es que no me puse a investigar específicamente otros santuarios, y cuando llegué a Chiang Mai reservé para poder ir al que me había platicado mi amiga.
A continuación te quiero platicar toda mi experiencia en este santuario, y todo aquello que me gustó y aquello que no. Quiero recalcar que todo este tema es super polémico, existen desde las personas que piensan que ninguno de estos centros deberían de existir, hasta los que piensan que todo vale si es para su entretenimiento. Todos podemos tener una opinión, solamente quiero decir que lo importante creo yo, es ser conscientes e informarnos antes de hacer cualquier cosa. Los animales son seres que merecen el mismo cuidado y amor que cualquier ser humano, y que está en nosotros cuidarlos y protegerlos.
Nombre del santuario: Elephant Carer Home.
Ubicación: Se encuentra aproximadamente a una hora desde Chiang Mai.
Precio p/p de 1 elefante (Full Day): $3,000 bahts. (Apróx. 80 USD) *Precio a Abril 2016*
Incluye: Recogida desde tu hotel y drop off en el mismo lugar, almuerzo de pad thai, fruta y bebida, comida para los elefantes, la visita y un cambio de ropa que te dan (y que luego tienes que devolver).
Cosas que llevar: Traje de baño, ropa para cambiarte después, sandalias, toalla, cámara y calzado cómodo.
Correo para reservar: elephantcampchiangmai@gmail.com
Como podrás haberte dado cuenta, este es uno de los campamentos “caros” que te vas a poder encontrar en Chiang Mai, pero déjame contarte porque a mi parecer vale la pena (te cuento más adelante). Uno de los objetivos del santuario, es poder darles a los elefantes rescatados una vida mejor, que puedan estar en un lugar abierto y rodeados de vegetación, que se sientan en libertad y que cuiden de ellos.
El servicio comienza cuando te pasan a recoger a tu hostal a las 9 a.m en una van. Cuando fueron por mí, ya había una pareja francesa dentro y después nos dirigimos hacia el santuario, el recorrido es de aproximadamente una hora. Antes de llegar, pasamos a un mercado, en el que el staff se bajó a comprar fruta para darnos, y nosotros aprovechamos unos minutos para curiosear un poco.
Cuando llegamos al santuario, nos bajamos de la van y nos dirigimos a la zona en dónde estaban dos elefantes adultos y para nuestra sorpresa, una cría que tenía como dos meses de nacida. La bebé elefanta estaba con su mamá jugando, y nos dijeron que mejor no nos acercáramos mucho a la cría porque aún era muy pequeña, y su mamá se podía poner un poco agresiva para cuidar de su bebé.
Estuvimos un rato viéndolos y después ellos se fueron a bañar con sus mahouts. Nos explicaron que la piel del elefante al ser tan gruesa, y con el tremendo calor que hace en Tailandia, necesita de mucha hidratación al igual que el propio elefante, así que se meten a bañar aproximadamente como 5 veces al día para refrescarse.
Después, nos llevaron a una palapa para explicarnos que cosas íbamos a hacer y nos dieron un uniforme de mezclilla para cambiarnos y estuviéramos más cómodos. Nos cambiamos y tuvimos oportunidad de ir al baño, guardamos nuestra ropa y esperamos ahí un momento hasta que fueron por nosotros.
Nos dirigimos unos metros adelante, en dónde estaban 3 elefantes adultos enormes y bellísimos. Nos acercamos cuidadosamente, y los acariciamos durante un buen rato, estaban comiendo mientras nosotros convivíamos con ellos y platicábamos con sus mahouts acerca de su cuidado. Al ser únicamente la pareja de franceses y yo, la visita fue súper cómoda y personalizada, lo cual me agradó bastante.
Inmediatamente después, nos presentaron al elefante que cada uno cuidaría, nos dijeron su nombre y cómo había llegado hasta ahí. Nos familiarizamos con él un poco, y después nos dieron algunas indicaciones para poder comenzar a darles de comer. Cada uno tomó un cesto lleno de caña, y con unas palabras que nos enseñaron, el elefante iba abriendo la boca y tú introducías a ella la comida.
La experiencia me gustó muchísimo, poder sentir tan cerca a un animal tan maravilloso, y poder alimentarlo fue algo increíble para mí. Si se te acababa la comida de tu cesto, pedías que te dieran más y seguías dando de comer a tu elefante. ¿Sabías que los elefantes pasan alrededor de 12 horas diarias comiendo y necesitan beber hasta 100 litros de agua por día?
Terminando de darle de comer a nuestro elefante, los mahouts les dieron agua, y después se los llevaron para que nosotros pudiéramos tomar nuestro almuerzo. Nos dieron en primer lugar fruta (sandía y piña), y luego a cada uno nos trajeron un pad thai enorme y muy rico, también nos dieron agua. Comimos tranquilamente sentados a la orilla del río alrededor de una hora, mientras platicábamos y veíamos como era la vida diaria en el santuario.
Después, llegaron los mahouts y nos pidieron que los acompañáramos. Nos enseñaron uno por uno cómo acercarnos a los elefantes para “pedirles permiso” para poder montarlos, y la manera correcta de hacerlo. Los elefantes levantan una pata, en la que tú te apoyas para ayudarte a subir, debajo de la espalda tienen una cuerda de la que jalas, y al final te acomodas lo más adelante que puedas, así no los lastimas.
Quiero recalcar algo sobre este punto, después de que volví de viaje leí en un montón de sitios que ni siquiera las personas deberíamos subirnos a un elefante, aunque fuera sin silla. La realidad es que, en el lugar que yo fui, solamente lo haces por alrededor de 5 minutos, el elefante te lleva a un pequeño paseo por el río, y en ningún momento hace algún esfuerzo mayúsculo caminando.
Los mahouts me explicaron que no se daña su columna porque nos sentamos en una parte muy cercana a su cabeza, en dónde no hay vertebras que puedan ser aplastadas. No soy ninguna experta, y la verdad es que no sé si este punto sea cierto, solamente quiero recalcar que yo que estuve ahí y lo vi, en ningún momento al elefante lo golpearon para que caminara más o algo similar.
Sin embargo, si hay momentos en los que me arrepiento de haberlo hecho, porque siento que formé parte de un espectáculo meramente de entretenimiento. Como lo dije, en este lugar al que fui, el paseo es muy corto, pero aun así a veces me siento un poco mal de haberlo hecho. Supongo que cada quién puede tener su opinión al respecto, pero lo único que yo te puedo decir es que en ningún momento al elefante se le golpeó o se le lastimó para que fuera más rápido o algo similar.
Después de terminar el paseo, llegamos a un sitio en dónde había muchísimo lodo, nos bajamos y los elefantes se dieron un baño. Los mahouts nos explicaron que la piel del elefante además de gruesa es muy sensible y es muy susceptible a infecciones o picaduras de insectos, es por eso que siempre se bañan en lodo para limpiarla.
Mientras ellos disfrutaban un baño de lodo, nosotros los observábamos, tomábamos fruta y bebíamos agua que nos dieron. Estuvimos ahí alrededor de 10 minutos viendo a los elefantes disfrutando en el lodo, y después bajamos de nuevo al río para mi parte favorita del recorrido: Darles un baño.
Los elefantes estaban todos sucios de su rico baño de lodo, así que era la ocasión ideal para ahora limpiarlos con agua. Nos quitamos nuestros uniformes, y nos quedamos solamente con nuestros trajes de baño, y nos metimos al agua con nuestro elefante, a cada uno nos dieron unos cepillos y comenzamos a cepillaros para quitarles la tierra y el lodo.
Se veía a los elefantes disfrutar del baño de una manera increíble, mientras tú ibas tallándolo y echándole agua para que quedara limpio. Pasamos un buen de tiempo haciendo dicha tarea, y hasta jugando con ellos guerritas de agua y divirtiéndonos muchísimo; fue una experiencia increíble y que me encantó. Después de tomarnos varias fotos (tú le puedes dar tu cámara a algún mahout y ellos te ayudan tomándote fotos), salimos del río todos, nos volvimos a poner los uniformes y nos dirigimos a despedir de nuestros amigos.
Al final, les dimos de nuevo de comer, y tuvimos un tiempo para despedirnos de ellos. Recogimos nuestras pertenencias, agradecimos a toda la comunidad, y nos llevaron directo de vuelta a nuestros hostales alrededor de las 04:00 p.m.
Si quieres ver todas mis fotos, puedes darte una vuelta por acá: Galería: Santuario de Elefantes | Chiang Mai Ahora sí, te cuento qué me pareció la experiencia:+Los mahouts y todas las personas que se encuentran en el santuario, cuidan muy bien de los elefantes, se nota en su aspecto. Los respetan mucho y los tratan de una excelente manera, se ve que les tienen mucho cariño y viceversa, en ningún momento vi que los tuvieran encadenados o amarrados, ni mucho menos los golpean con algún palo u otra cosa.
+Te explican muy bien el por qué los elefantes están ahí, su estilo de vida, sus cuidados, o cualquier otra pregunta que tengas. Hablan muy bien inglés, por lo que no tienes ningún problema para comunicarte.
+Los grupos son muy pequeños, por lo que puedes tener una experiencia personalizada y disfrutarla más.
+La comida es basta y muy rica. Además te dan fruta y bebida.
+Su labor es muy loable, verdaderamente rescatan a elefantes que han sufrido maltrato, y los colocan en un lugar lleno de vegetación, en el que se nota están felices.
+Cuando yo fui solamente había 6 elefantes en total, y una cría. Nos platicaron de sus planes de poder ir expandiéndose para poder rescatar a más.
-A veces el pickup no es tan puntual, pero eso es algo que pasa casi siempre en Tailandia.
-El precio es un poco elevado, y más para mí que iba sola. Pero vale la pena.
-Me hubiera gustado que la parte del baño, pudiera haber durado más.Como podrás haber leído, casi no tengo ningún punto negativo de este lugar y de la experiencia. La realidad es que a mí, me fascinó la experiencia, es un lugar que vale mucho la pena porque se nota que aman a los animales más que a nada, se les ve verdaderamente contentos de poder estar ahí.
Vuelvo al punto inicial, sé que es un tema controversial, yo solamente quería platicarte mi experiencia (buena o mala a tu criterio), por si algún día quieres ir, te podría recomendar este lugar al que fui. De igual manera, he leído y escuchado de otro santuario llamado Elephant Nature Park, en el que también los rescatan y no los maltratan.
Los santuarios siguen siendo un negocio, y aunque en muchos ese dinero solamente se utiliza para continuar el circo y seguir poniendo a los elefantes a hacer trucos que solamente los involucra a ellos estar encadenados y torturados, hay muchos otros en los que se nota el esfuerzo y el trabajo duro para preservar y cuidar de esta hermosa especie.
Obviamente puede haber cosas que los turistas no sepamos, cosas que pasen tras bambalinas de lugares que parezcan una maravilla y que en realidad solamente sean una farsa. Eso pasa en muchos otros servicios o experiencias cuando nos vamos de viaje, sin embargo, yo pienso que antes de hacer cualquier actividad nuestro deber es informarnos y decidir en base a nuestros intereses y principios.
Si vas a Tailandia, no participes en actividades que dañen a los animales, no hagas excursiones o trekkings enormes sobre elefantes, no vayas a circos, no vayas a falsos santuarios en los que lo único que hacen es tener encadenados a los animales. El aprendizaje que yo tuve, es que antes de querer hacer algo, siempre debemos informarnos para saber exactamente cómo es la situación, y así evitar posibles acciones que solamente dañen o perjudiquen a terceros.
Aquí termino de contarte mi experiencia, espero que te haya ayudado a reflexionar acerca de este tema, creo que eso es lo importante. Tenemos un solo mundo, rodeado de miles de especies hermosas, cuidémoslo y seamos conscientes para que podamos gozar de su belleza mucho tiempo más.
Gracias por leer.