Comiendo en la calle por Bangkok y Tailandia

Si hay algo que todos los visitantes notamos cuando llegamos a Bangkok, y en toda Tailandia, es la gran cantidad de oferta culinaria que existe. La comida tailandesa es conocida y amada a nivel mundial por su variedad, sus ingredientes tan peculiares, colores y combinación de sabores tan extraordinarios.

La oferta que existe para comer es sumamente extensa y variada, prácticamente en cada esquina puedes encontrar algún lugar para probar uno de los deliciosos platillos de comida tailandesa. Obviamente, la oferta va desde los grandes y costosos restaurantes, hasta los puestos que puedes encontrar en cada esquina y mercados, con platillos desde menos de un dólar (cosas del sudeste asiático).

Nunca me he espantado de comer en la calle, es algo a lo que siempre he estado acostumbrada en mi país, y me encanta porque además de ser barato, puedes descubrir sabores mucho más locales y sabrosos que en cualquier otro lado. Sin embargo cuando llegas a Bangkok, la oferta está en cada esquina, hay puestos de todos tamaños y características, y es entonces que cuestionas las condiciones higiénicas de cada uno, y dudas de comer en algunos por miedo a enfermarte.

A mí me pasó el primer día que llegué a Bangkok, y vi tantos puestos de comida, literal por todos lados, que dudé muchísimo antes de sentarme a comer en uno. No soy especial para eso, nunca lo he sido, pero el primer contacto con la comida callejera en Tailandia, fue algo tan peculiar que me hizo preguntarme si pudiera enfermarme si comía en la calle.

Tenía todas esas preguntas que cruzaban mi mente, pero no iba a dejar que me hicieran desistir de embarcarme en probar todo aquello que se cruzara por camino. Así que hice mis dudas hacia un lado, y me aventé a probar y a descubrir a base de experiencia las cosas, como debe de hacerse siempre, según mi forma de ver la vida.

Al momento de elegir, yo recomiendo guiarse no solamente por el menú, (ya que es muy similar en la mayoría de los puestos), sino que también por tu instinto. Utiliza lo que dicte no solo tu hambre, sino también tu corazón para poder elegir un lugar, y no lo pienses tanto, solamente entra y siéntate: la magia viene sola, créeme.

Obviamente, algunos cuidados nunca están de más, observa a tu alrededor la forma en la que sirven los platillos, y la higiene que se tiene cuando los preparan; y recuerda la regla de oro que dice que “si hay gente, por algo debe ser”. Simplemente entra a algún lugar que tenga gente, siéntate y disfruta de la magia.

Comer en la calle en Tailandia es toda una experiencia, así es que, mi recomendación es que disfrutes, no te preocupes demasiado por algo que a veces ni fundamento tiene (es más a veces el miedo que nos infunde la propia sociedad que lo que de verdad es). Es mejor que te relajes, entres en contacto con lo local y disfrutes de unos deliciosos platillos tailandeses, no te arrepentirás, créeme.